A quién le importa dormir

Cuando recibes un Whatsapp a las cinco de la mañana de un tio al que te tiraste hace una semana y con el que quedaste muy satifecho no dudas ni por un momento en ponerte los pantalones y echarte a la calle y más si acabas de llegar de fiesta con el pensamiento rondando en la cabeza de que deberías haber terminado en la sauna.

Tampoco es que fuese la primera vez, ha pasado un montón de veces de estar conectado a Gayromeo mientras hago maratones de series, películas, etc. y llegarme un mensaje de uno que quiere tema, y claro si estás conectado es que algo quieres.

El caso es que no importa que sean las cinco, haga frío o haya una manifestación fascista, si hay posibilidad de echar un polvo. Luego cuando llegas aunque te haya invitado a "dormir", uno que es muy juguetón, no puede evitar rozarse con cada parte de su cuerpo, para terminar ensartado en cada postura que se pueda y a partir de ahí ya es un la sucesión de siestas, me despierto-te despierto y repetimos, siesta, te despiertas-me despiertas y repetimos y así hasta que llegue la hora de irse... todo regado con mucho beso ¿puede haber algo más maravilloso? Ya habrá tiempo para dormir.

Si alguna vez te entra un tio bueno ya sean las diez de la noche o las cinco de la mañana estando cada uno en su casa y le dices que no, despídete de tu juventud, de tu inciativa y de tu vida sexual y ponte a ver series de abogados con unos altramuces y un pacharán, porque ese dia antepones vaguear al sexo y el sexo es lo más divertido del mundo.

Y tu, ¿eres de los que irían o se quedarían en casa?

Frenta a frente con la ETS

Este fin de semana viví un momento desagradable. Algo que ha muchos gays nos toca vivir antes o después, las ETSs. Nuestra acelerada vida sexual en la que a veces la inconsciencia domina frente al sentido de la responsabilidad provoca que antes o después tengamos un susto. Afortunadamente lo mío, de momento, no es grave.

Estaba yo en casa frente al ordenador cuando me llevé la mano al pubis para rascarme. No caí en qué pasaba hasta que fui al baño, me senté en la taza del váter y vi que había movimiento en el bosque prohibido de mi cuerpo. Ladillas, sí. Es una situación muy desagradable ver como esos cangrejitos se han apoderado de tu cuerpo, y solo con darte cuenta de que los tienes ya no puedes dejar de pensar que te pica todo.

Hermoso, ¿Cómo va eso?

No habrá pasado sólo una vez que un tio no se entera de lo estás mandando a la mierda, de que pasas completamente de él, que no quieres tener nada que ver con él, pero por ser lerdo, espeso, un desesperado o las tres cosas, no para de amargar la noche de fiesta o la tarde en el gayromeo. Encima lo hace con los tópicos más desesperantes y repelentes que pueden encontrar.

Empezando por los típicos 'Hola que tal?'. De verdad, cualquier día me va a dar un ataque de nervios cuando un tío no escriba un 'Hola Que tal?', ahí es cuando empezarán los brotes verdes para el país, el paro bajará , Moodys subirá la nota, Grindrsorpresa se tendrá que reinventar y Oriol encontrará novio por fin. ¡Mi futuro marido no escribirá en su primer mensaje un 'Hola que tal'! Para eso deberíamos hacer las plataformas en Actuable y no para que no nos suban el metro, Espe nos va a follar queramos o no.

Encontramos el amor en un lugar sin esperanza

El sábado, como de costumbre, salimos de fiesta los rodilleros y uno de los temazos que nos pusieron fue el “We found love” de Rihanna. Sí, es una pesada y no sabe cantar, pero cómo nos hace bailar esa maldita mamarracha… Me indigné cuando Leo me dijo mientras sonaba la canción “ES LA REINA DEL POP” y yo le contesté que nanai, que tanto Madonna, como Britney, como Gaga siguen por encima. Pero este no es el tema de hoy.

Mientras sonaba la canción reparé en el verso que titula este post, “we found love in a hopeless place”, y  me puse a divagar sobre ello (sí, hasta en la discoteca mientras bailo divago para mis adentros entre miradita sexy y contoneo de cadera) recordando además una conversación que había tenido la noche anterior por DMs de Twitter… ¿se puede encontrar el amor en cualquier parte? En esa conversación, le contaba a mi interlocutor que había ido a una sauna y me había “enamorado”. No en el sentido estricto, claro, y él me decía que en ese tipo de sitios era imposible.

Resulta que visité (¡por fin!) la sauna Paraíso y la noche dio bastante de sí: me lié con cuatro chicos de los cuales tres acabaron en corrida. Pero no es el tema. El caso es que el último con el que estuve me encantó. Era un chico jovencito, de mi edad más o menos y con mucho rollo. Llegó en la remesa de las seis de la mañana, cuando han cerrado las discotecas y se van a la sauna a pillar lo que no hicieron bailando. Y venía, cómo no, borracho. Al principio incluso le costaba caminar sin tambalearse, aunque con el rato se fue despejando.