La polla perfecta

Uno de los momentos más emocioantes de nuestra vida es ese momento en el que le abrimos el paquete al estamos a punto de tirarnos, tras unos previos toqueteos nos podemos hacer una idea de lo que está por venir, pero nada como verlo, a mí verla me pone el doble y lo mejor es cuando te bajas a hacer honor a este blog y la miras en primerísimo primer plano mientras se te hace la boca agua. Ahí es cuando se puede identificar mejor que nunca una polla perfecta y en los casos que me he encontrado por ahí también otros cuatro tipos.

Roger, la pasión turca outdoor

Esta semana tuve una cita con un chico. Algunos de los lectores ya lo sabrán porque la fui relatando como pude a través de mi cuentade twitter con el hashtag #CitaconOriol. Sí, a veces soy muy fuerte. Me pasé la cena poniendo excusas tipo “mañana por la mañana tengo una reunión de trabajo importante y mi jefe me está escribiendo” para sacar el móvil, o twitteaba desde el baño del restaurante.

También volví a ver a Fabio en una cita sin incidencias. Quedamos para comer, tomar un té y charlar. Nada destacable, pero como siempre, morí de amor.

Pero el caso es que quedé con otro chico y me gustó. Pero sin más. Se llama Roger y es canadiense, pero descendiente de turcos. Un rollo exótico de lo más pintón. Físicamente es moreno (pero no negruzco), alto, bastante fuerte (¡qué brazos!) y con unos labios riquísimos. Es también un chico muy educado, amable, que te escucha cuando hablas y que te da confianza.

A palabras necias (o de feos), oídos sordos

En esta época de nuevas tecnologías, si algo está claro es que quien no folla es porque no quiere. Bakala, Gayromeo, Manhunt, Tu Amo, Gaydar, chats...o incluso Badoo, que los gays ya hemos conquistado también ese terreno. Y por si fuera poco, con los smartphones el Grindr y Bender ya directamente nos dicen a qué distancia tenemos a los diferentes gays (algo que también hacen ya las diferentes páginas webs de perfiles, que no pueden dejarse comer terreno de esa manera).

Pero vamos, que no estoy descubriéndoos nada nuevo, que seguro que si estás leyendo este blog más de uno de esos perfiles tendrás.

Todo este asunto viene al caso porque hoy me gustaría hablaros de los diferentes mensajes que me han enviado algunos usuarios a los largo de mi experiencia en estas redes en los últimos días (omitiré los normales, ya que precisamente por ello no tienen mucha chicha, y por supuesto, en este post solo me refiero a mensajes de contenido sexual):

- Por un lado tenemos los mensajes de los solterones, hombres de edad comprendida entre los 40 y los 55 años (los hay más mayores, pero me da cosilla hasta mencionarlos) que ven en los jóvenes como nosotros carne fresca y te acosan a mensajes del tipo: "Hola xaval (porque si, ellos tienen que demostrar con su escritura que son modernos), espero que no te importe la diferencia de edad...¿te apetece que te la coma?"

Mmmm, vale, puede que no tenga dientes, o que se los pueda quitar y eso le de una ventaja comparativa, pero...¡paso! A estos ya ni mejor contestarles, porque pa´que.

Los chicos de mi vida

Hay tios que marcan y tios que no, tios que no te dejan pensar en otra cosa y otros que no ves el momento en que se te olviden, tios que tras estar con ellos vas a casa en una nube y otros que no paras de mirarte por si te ha dejado alguna marca, etc. Lo primero no siempre es positivo, sobre todo cuando no es correspondido y puedes estar soñando una vida maravillosa con un ático en el centro y tres gatos mientras esperas el mensaje de respuesta que nunca llegará. Todo ello ayuda a crecer como persona pero también pone una capa protectora para el siguiente que venga, cada capa tiene una huella propia, experiencia.

De Oscar aprendí a no precipitarme a la hora empezar una relación, esté en un pueblo donde seamos los únicos maricas, esté en una ciudad donde rebosan es obvio que no voy a empezar una relación a la primera de cambio, primero se tiene que sentir el feeling, congeniar, compatibilidades, tiempo, etc. por ello mientras dos personas se conocen no pasan dos dias, tendría que pasar mucho tiempo con alguien como para considerar un futuro. 

De Oliver aprendí a separar la amistad de una relación, es difícil imaginar una relación en la que el único nexo sea la compatibilidad de caracteres, por eso si me topo con alguien a quien le guste el alcohol, la farándula y hacer el mamarracho tanto como a mí, habrá que chequear las otras características, sobre todo el sexo, llamadme superficial pero el sexo supone mucho y a menos que sea una relación abierta veo dificil continuar como pareja si somos incompatibles. 

De Ander (ese cabronazo) aprendí a alejarme de los manipuladores, pagarles con su propia moneda y prever su estrategia, escuchar la voz de la razón de mis amigos, tomar el toro por los cuernos y darle la patada para deshacerme cuanto antes y para siempre de él. Una mala influencia tan grande no la quiero cerca, alguien egoísta, manipulador, falso y con todas las adicciones que se puedan tener es mejor huir de él, por muy maravilloso que sea en la cama no aporta nada y lo único que querría sería reencontrármelo para pagarle con su propia moneda o clavarle un rotulador rojo en la frente. 

De Luke a no transformar una posible relación en amistad, escapar o huir del compromiso como si fuésemos aceite y agua, únicamente hay que encontrar a la persona adecuada, pero una vez se pasa la época de cita y sexo tener dos cojones para dar el paso siguiente, o al menos si te quedas colgado por el no volver a verle y se pase en el menor tiempo posible. 

¿Qué chicos te han marcado y qué aprendiste de ellos?

El Oriolómetro: ¿cómo puntuar a los futuros maridos?

Pensaba hoy hablaros de Fabio tras un comentario que me dejaron en el post de la semana pasada diciéndome que si no iba a superarlo nunca. Pero justamente hoy he hablado con él y hemos dicho de vernos esta semana, y claro, he perdido toda la perspectiva necesaria para afrontar semejante post, así que lo dejaré para otro día. Y hoy que estoy bastante espeso os voy a hablar de otra cosa. Mi nuevo invento: el Oriolómetro.

Resulta que, a pesar de estar hasta las trancas por Fabio, he decidido que no me puedo quedar quieto en casa viendo esperando que las líneas de expresión se conviertan en arrugas y me he puesto manos a la obra en la búsqueda de mi próximo marido. Mientres él se decide o no. He reactivado mis perfiles en varias redes sociales de ligoteo y dedicado un considerable tiempo a ver perfiles, ha hablar de “a qué te dedicas”, “de dónde eres?” e intentar ir más allá del “qué buscas?” que sólo lleva al polvo. Ahora quiero “conocer y ver qué pasa”.

Aunque fíjate cómo es Murphy, que buscando algo serio me salieron tres polvos este finde: un chupipajas, uno de pasivo y otro de activo. Ninguno especialmente reseñable y más bien tirando a olvidables. No estoy desatado, es la primavera. Pero ese es otro tema.

Lo que yo os quería contar es que, para separar la paja del grano y valorar la calidad de mis candidatos, he establecido una tabla de ítems a través de la que puntuar a los hombres merecedores de boda. Siete notas, siete colores del arcoíris y siete maravillas del mundo. El número mágico. Así que siete son las categorías en las que valoro a un hombre para extraer su grado de perfección. Tres categorías mentales/psíquicas, dos físicas y dos sexuales. A saber:

Feliz Día del Padre

Pues desde aquí felicitar también a todos los maricas que son padres, que también los hay, y muchos. Si, suena difícil de imaginar con el PP en el gobierno, pero por ahora todavía no hemos perdido ese derecho. Y como este blog no se ha convertido todavía a la política pues no me quedará otra que contaros la vez que me tiré a un padre. Pero padre de tener hijos eh, no padre de cura, que esos todavía se me resisten (una vez me entró uno por una red de contactos, pero dios se había cebado con él y no era muy agraciado el pobre).

La historia se remonta a una calurosa tarde de primavera, en la cual la sangre como ya sabeis estaba alterada, y por tanto acumulada en la entrepierna. A mi ya de por si me aparece un bombero interesado en mi en una red de contactos gays y me pierdo, así que en esa situación ya ni os cuento. El tema es que no me lo pensé y quedé con él: ¡Ven a apagar mi fuego! Un hombretón de 35 años estaba a punto de recogerme para pasar una tarde de vicio en su casa.

Lo mejor es que nada más entrar en su coche no se anduvo con rodeos y durante la charla, que mayoritariamente giraba entorno al tema sexual, me iba metiendo mano, a lo que yo respondía buscando su manguera sin cortarme un pelo.

Sexo con amigos

Es normal que en un grupo de amigos haya tensión sexual tanto resuelta como sin resolver, después de un buen polvo se puede perder el interés sexual, pero puede surgir amistad, no solo como excusa para no repetir con él. De ahí pueden surgir afinidades y acabar incluyéndole en el grupo, o tu en otro y hablar de a quién te tiras o no con quién te acabas de acostar hace unas semanas.

Esteban, el loco amoroso, y el chico del piercing

 Semana de novedades. He conocido a un chico, he reactivado mis búsquedas en las páginas de perfiles y me estoy planteando dejar la ciudad y poner mi vida patas arriba.

El miércoles conocí a Esteban, un chico de 21 años con el que quedé para tomar café después de hablar la tarde anterior con él a través de una web de perfiles. Sí, he vuelto a las páginas de perfiles. Hace unos meses me borré todos porque quería ir a hierro con Fabio, pero como imaginaréis las cosas con él no están yendo precisamente rodadas así que me he auto-obligado a volver a los ruedos mientras él se decide o se escapa para siempre de mi vida. Lo tengo enquistado, pero soy consciente de que tengo que moverme.

Así que, como decía, empecé a hablar por chat con Esteban y me pareció un chico muy majo, además de muy mono. No es que sea la belleza del siglo pero sí es muy del mi estilo, jovencito, delgadito y con cara de niño bueno. Y como ya no tengo ganas de relaciones eternas por internet que nunca llevan a ningún lado, le propuse de quedar a tomar algo y conocernos cara a cara directamente.

La cita no fue mal, pero Esteban me dio la impresión de ser un poco raro. Además de tener a veces una mirada un poco perturbada, me da la sensación de ser una persona a la que le han hecho bastante daño, como si fuese el típico que sufrió bullying en el instituto o que tiene un trauma así. Y que le hacen falta sesiones de psicólogo como el comer. Igual me equivoco. Además va de maduro por la vida, de haber ido y venido, pero se le nota que no. Lo que sí tengo claro, es que si yo estoy falto de cariño, él necesita dormir con un Lunni.

De estrella invitada

Personalmente, hablando de trios, creo que lo mejor es ser siempre la estrella invitada. Es decir, quedar con una pareja para montárselo, o con dos colegas o dos desconocidos, me da igual. El caso es que a pesar de lo liberal y abierto que me considero, entre mis planes cuando estoy en pareja no entran meter a una tercera persona en la cama con nosotros. Si, suena a celos, pero es que no he dicho que no sea un poco celoso. ¿Ver como otra persona se folla a mi pareja delante de mi? Puede resultarle morboso a más de uno, pero personalmente no me entra en la cabeza, todavía (que nunca se sabe lo que puede suceder). ¿Follarnos los dos a la tercera persona? Pues quien sabe, igual en una noche de borrachera, desfase y descontrol, llevados por la pasión y el calentón...puede, pero así de primeras no es algo que haría. Otro asunto sería tener una relación más o menos abierta desde el principio, pero como digo esa es otra cuestión que hoy no viene al caso.

Todo esto viene a colación de la experiencia de anoche. Me volvía yo muy tranquilito para casa cuando de repente dos chicos de uno 28-30 años aproximadamente llaman mi atención. Muy majos ellos no presentamos, y tras una breve charla me dejan caer que vaya a su casa a terminar la fiesta. Vaya por delante que ayer no tenía en mente follar ni nada por el estilo, que además tenía incluso dolor de cadera y pies de tanto bailar, pero hay trenes que solo pasan una vez en la vida y creo que este era uno que merecía la pena aprovechar.

Si hay algo que me gusta en un polvo de estas características es que se vaya al grano, y afortunadamente es algo que en este caso se dio. Ya en el mismo ascensor comenzamos a morrearnos y a meternos mano como dios manda, para dar rienda suelta a nuestra pasión nada más traspasar el umbral de la puerta.

Entre lametones, mordicos, gemidos y lengüetazos nos fuimos quitando la ropa, hasta quedarnos completamente desnudos sobre la cama a media luz. Y fue aquí, tras unos leves magreos, cuando uno de ellos se acercó a mi oído y me susurró excitado:

Do's y don'ts del paseo de la vergüenza

Sin duda lo peor de ser visitante a la hora del sexo es volver a casa después de haber dormido en casa del otro al dia siguiente, ya te diga el otro que le da igual que te quedes no quiere que te quedes, está siendo amable, a nadie le apetece estar de resaca junto a otra persona que tiene el aliento de un tigre de bengala, a menos que se note que surja algo entre los dos (jajaja ni de coña), dificil porque seguramente estabas borracho como una puta y te fuiste con otro tan borracho como tú.

Sorry I'm a lady

Somos unos cafres, a veces. Será parte de la naturaleza marica la inconstancia, el drama, el desorden y el descontrol. Quien sabe. El caso es que esta entrada es para pediros disculpas.

Por un lado lamentamos los constantes retrasos o faltas de post, somos conscientes que el no seguir el orden de publicación que nosotros mismos nos hemos marcado nos hace quedar como el coño de la Bernarda. Pero prometemos aplicarnos más en las próximas semanas y flagelarnos los unos a los otros cuando no saquemos los posts a tiempo.

Por otro lado, tenemos que hablaros de Leo, ese miembro de De Rodillas al Cielo del que hemos hablado pero que nunca ha llegado a aparecer por aquí. Lamentamos deciros que finalmente ha decidido no embarcarse en esta aventura bloguera y no compartirá con todos vosotros sus experiencias en este nuestro blog. Es una pena, porque Leo escribe muy bien y habría aportado mucho. Nos hacía falta su visión mojigata de la vida. De hecho tenía un borrador empezado muy bueno, pero su procrastinación ha podido más que su talento.

A partir de la próxima semana Zeus escribirá los jueves en lugar de los viernes, quedando libres los dos días en que hay que salir de fiesta, emborracharse y beber. Seguimos experimentando el sexo y viviendo dramas sólo para contároslo.

Gracias por leernos.

¿Es el pasivo sumiso por naturaleza?

Si antaño las dos Españas se dividían entre rojos y fachas, claramente hoy día lo que escinde a la sociedad marica mundial es el rol sexual que se escoja. ¿Q te mola? ¿Act o pas? Y si no eres el complementario sanseacabó.

La importancia que se le da a esto me resulta comprensible desde el prisma de aquellos que son “sólo algo”, aunque desde mi versatilidad se me hace raro. Y digo eso de “mi versatilidad” y parezco una vedette que lo mismo te hace la Verbena de la Paloma que una obra de arte y ensayo, pero es verdad. Yo en la cama siempre estoy abierto a “ser” lo que el otro “no es”, y por eso rara vez puedo elegir qué me apetece.

Se dan casos en los que se encuentra una pareja sexual que también es versátil (¡haylos!) y ahí entra la magnífica opción de elegir en el momento lo que instintivamente te apetece, lo que el cuerpo te pide. Y a posteriori me planteo (obviamente mientras follo no reflexiono) ¿por qué unas veces preferimos ser activos y otras pasivos?

Quien tiene boca, se...¡la violan!

Bueno, una vez que ya os he puesto al corriente de mis gustos sexuales en el post del pasado lunes (donde me definí como activo mamador), hoy tengo que hacer una pequeña puntualización o matización: que una de las cosas que más me guste sea mamar no quiere decir que mi cuerpo se reduzca solo a la boca.

¿Nunca habeis escuchado el jueguecillo de:

-Se vuelve loca.

- ¿Quién?

- Mi polla en tu boca?

Pues este chiste se convirtió en una realidad ayer para mi. Que yo entiendo que antes de quedar con alguien deje claro cuales son mis gustos, y por supuesto también tener claros los de la otra persona para que el disfrute de ambos sea máximo, pero de ahí a llegar al nivel de ser usado meramente como un simple agujero...ya ni como un hombre objeto, ¡como un puto agujero!

La verdad es que me gustaría poder relataros el encuentro entrando en detalles, pero es que apenas los hay porque fue eso, llegar, sacarse el rabo de mala manera y ala, a violarme la boca como si no hubiera un mañana.

Que vale, no voy a dármelas ahora de recatado, que más de una vez se agradece un trato un poco rudo, y más cuando el chico en cuestión tiene esa pinta de malote (o como a mi me encanta referirme a ellos "no sabes si te va a follar o te va a robar"), cosa que en este caso tenía: el hombre en cuestión (porque si, era un hombre, no un chaval) tenía unos 32 años, cachitas de gimnasio, con vello por todo el cuerpo (no mucho, que a mi tampoco me motivan los que van de Chewbaccas por la vida) y unas piernas que daba gusto admirar (afortunadamente, porque fue uno de los pocos planos que podía divisar desde mi forzosa situación) con su tattoo bien plantao en le gemelo. Y por si fuera poco, rapadete. Vamos, un macho de los que ya no quedan.

¿Qué me pasa, doctor?

Antes de nada, no, esto no es una fábula sexual sobre mi médico de cabecera (de hecho mi médico es mujer) así que no os hagáis ilusiones. Es simplemente que no me encuentro muy bien estos días y no me refiero a físicamente sino sentimentalmente. Es algo que llevo arrastrando unas semanas pero el detonante lo tuvo anteayer, viernes.

Os cuento, mis queridísimos piscis. Mi problema se resume en que no tengo ganas de quedar con nadie para un polvo. Bueno, ni para un polvo ni para una cita ni nada, y eso que la última vez no estuvo para nada mal. En fin, no sé. Yo estaba dándole vueltas al asunto pero me dije "Bueno, queda con alguien más a ver qué tal" y así hice. El viernes quedé con un chico en su casa. ¿El propósito? Follar, sin más. Al fin y al cabo, y a pesar de esta ralladura mental, hace mucho que no cato y tenía un calentón de tres pares de huevos.

Estábamos a lo que estábamos cuando le pregunté si tenía condones. Su respuesta fue que no. ¿Quién en su sano juicio me invita a su casa a follar y no tiene condones? Vale, que sí, que yo también podía haberlos llevado, pero lo suyo es que él tuviera, ¿no? En fin, que si juntamos esto, con todo lo que me estaba pasando por la mente los días anteriores, ahora tengo menos ganas aún de quedar con alguien. Ya no sé si es la vagancia, si es que el trío que tuve hace unos meses me sobresaturó (ya os contaré) o que estoy desencantado.

Y así están las cosas. Aquí estoy sin saber qué me pasa y un poco rallado. Sí, es una tontería pero recordad que soy cachorro y que aún tengo que aprender mucho de la vida.

¿Me lo tiro o me suicido?

Detrás de una noche de fiesta muchas veces se esconde la única intención de terminar en la cama con alguien, tanto es así que tengo amigos que se frustran, enfadan y se largan de una noche de fiesta a casa porque no han ligado o no hay en el local ninguno que le despierte el más mínimo interés (ni siquiera tú como amigo). Y apelando no al Karma como Oriol ni a la razón como Xavi sino a Murphy podemos deducir que los polvos solo aparecen en el momento en que menos te lo esperas o peor te vienen (Grindr, Gayromeo y demás no cuenta, estamos hablando de cortejo clásico cara a cara o cara a escote (A los tíos también se les puede mirar sólo al escote sí)), no cuando acabas de ordenar tu habitación sino cuando acabas de llegar de viaje hace 15 días y tienes la maleta aún por medio, tampoco cuando llevas esos calzoncillos de Calvin Klein que te compró tu madre en el mercadillo sino cuando llevas los Yon Yi que venían en el 3x1 con los anteriores.