lunes, 19 de marzo de 2012

Feliz Día del Padre

Pues desde aquí felicitar también a todos los maricas que son padres, que también los hay, y muchos. Si, suena difícil de imaginar con el PP en el gobierno, pero por ahora todavía no hemos perdido ese derecho. Y como este blog no se ha convertido todavía a la política pues no me quedará otra que contaros la vez que me tiré a un padre. Pero padre de tener hijos eh, no padre de cura, que esos todavía se me resisten (una vez me entró uno por una red de contactos, pero dios se había cebado con él y no era muy agraciado el pobre).

La historia se remonta a una calurosa tarde de primavera, en la cual la sangre como ya sabeis estaba alterada, y por tanto acumulada en la entrepierna. A mi ya de por si me aparece un bombero interesado en mi en una red de contactos gays y me pierdo, así que en esa situación ya ni os cuento. El tema es que no me lo pensé y quedé con él: ¡Ven a apagar mi fuego! Un hombretón de 35 años estaba a punto de recogerme para pasar una tarde de vicio en su casa.
Lo mejor es que nada más entrar en su coche no se anduvo con rodeos y durante la charla, que mayoritariamente giraba entorno al tema sexual, me iba metiendo mano, a lo que yo respondía buscando su manguera sin cortarme un pelo.

Ya en su casa, o mejor dicho, su pisazo, tras ponerme una copa que no hizo más que ponerme más cachondo si cabe, me sentó en su cama para que fuese testigo de como se quitaba la ropa para mi. Qué cuerpo tenía el cabrón, y qué morbazo ir descubriendo poco a poco sus tonificados músculos. Lo que vino después mejor me lo ahorro, pero podeis imaginaros el festín de sexo cañero que me llevé, que un bombero (con su resistencia) no se tiene todos los dias entre manos.

Lo importante de este asunto, y que es lo que debería centrar el post, es el encuentro fortuito que tuve con él meses después, mientras paseaba por al zona vieja de la ciudad donde vivía. De repente y sin previo aviso, doblo una esquina y allí me lo encuentro a él, acompañado de su mujer y su hijo, agarrados de la mano como una gran familia feliz.
En un primer momento me dio cierta vergüenza, pero a medida que ambos avanzábamos me di cuenta de que no era yo el que había hecho algo malo, levanté mi cabeza y seguí paso firme hacia mi destino sin prestarle la mayor atención (a fin de cuentas la discreción es una gran virtud en estos encuentros) mientras pensaba "ayyy, si su mujer supiera cómo emplea ese culazo", y quien sabe, a lo mejor hasta lo sabe y lo consiente. No seré yo quien juzgue los diferentes tipos de relación. Además que con ese cuerpo esta como para permitirle eso y más.

Así que desde aqui, le deseo un muy feliz Día del Padre al único de mi lista que soy consciente de que es padre. Ah, y de paso...¡Viva el cuerpo de bomberos!

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