Si antaño las dos Españas se dividían entre rojos y fachas,
claramente hoy día lo que escinde a la sociedad marica mundial es el rol sexual
que se escoja. ¿Q te mola? ¿Act o pas? Y si no eres el complementario sanseacabó.
La importancia que se le da a esto me resulta comprensible
desde el prisma de aquellos que son “sólo algo”, aunque desde mi versatilidad
se me hace raro. Y digo eso de “mi versatilidad” y parezco una vedette que lo
mismo te hace la Verbena de la Paloma que una obra de arte y ensayo, pero es
verdad. Yo en la cama siempre estoy abierto a “ser” lo que el otro “no es”, y
por eso rara vez puedo elegir qué me apetece.
Se dan casos en los que se encuentra una pareja sexual que
también es versátil (¡haylos!) y ahí entra la magnífica opción de elegir en el
momento lo que instintivamente te apetece, lo que el cuerpo te pide. Y a
posteriori me planteo (obviamente mientras follo no reflexiono) ¿por qué unas
veces preferimos ser activos y otras pasivos?
Y creo que tiene mucho que ver en esta elección el rol,
entendiéndose rol no como activo/pasivo sino por el papel que te toca jugar.
Para mí, no sé para vosotros, la pasividad va muy ligada con la sumisión, a ser
poseído, ser el objeto de deseo o el juguete de la noche. Pero vayamos por
partes.
En mi opinión, hay cuatro razones por las que un tío puede
ser “sólo pasivo”:
1. No saber ser activo. Eyaculadores precoces, gente inexperta
que no se atreve o no quiere hacer el ridículo….
2. No poder ser activo. Penes muy pequeños o penes enormes que,
por su tamaño, no pueden introducirse en un recto ajeno. Entran aquí también los culos extremadamente delicados o culos de cristal de Bohemia.
3. Pereza. Y ya te vale. Aunque parezca una tontería, de estos
hay un montón, que con tal de no moverse y que hagas tú todo el trabajo
prefieren ser ensartados que hacer cualquier otra cosa.
4. Vicio. Reconozcámoslo, quién es “sólo pasivo” sin cumplir
ninguno de los puntos anteriores, es porque le gusta mucho-mucho que le den por
detrás y no hace de activo porque no le da la gana.
Equivocadamente mucha gente relaciona pasividad con
feminidad, y creen que a más pluma, más pasivorra es. Nada más lejos de la
realidad. De hecho, yo me atrevería a decir que hay que ser “más hombre” (y
cuando uso estos términos me sonrojo un poco y me siento un poco Cuca García
Vinuesa) para ser pasivo que activo. Porque a fin de cuentas todo el mundo
puede meterla por un agujero y restregarse, pero recibir un buen viaje es algo
para lo que no todo el mundo está preparando físicamente. Es duro. Duele. Y
transformar ese dolor en placer no es tarea mental fácil. Llámalo ser muy
guarra, yo lo llamo mérito.
Pero en lo que sí veo relación es entre pasividad y
sumisión. Veréis, cuando yo me acuesto con un chico aniñado, delgadito y más
poquita cosa que yo, me apetece darle, y cuando el tío es un hombretón que me
coge con un brazo y me revolotea, me apetece que me dé. Así a rasgos generales
y con sus evidentes excepciones, pero sí. ¿Qué pasa? Que en el cuerpo pequeñito veo un campo donde ser
el grande, el que manda, el que controla y el que dispone, mientras que con un
toro me llama que sea él quien domine la situación y me haga morder la
almohada. Y si te agarra del pelo, te aplasta contra el colchón o te empotra
contra la pared/armario, mejor que mejor.
Pero no siempre el querer ser un rol u otro depende del cuerpo del delito. Otras veces va más en función de tu estado anímico sexual. Hoy me apetece coger a ese y tratarle como la Zeta que es, u hoy me apetece que vengan y me den mi merecido.
Pero no siempre el querer ser un rol u otro depende del cuerpo del delito. Otras veces va más en función de tu estado anímico sexual. Hoy me apetece coger a ese y tratarle como la Zeta que es, u hoy me apetece que vengan y me den mi merecido.
No sé vosotros, pero yo no me imagino a un “pasivo tragón”
que venga a ponerme los puntos sobre las íes, que domine el juego en la cama o
que lleve la voz cantante. Vale, en los pres puede, pero durante el coito no lo
veo viable. Ahí el activo da, y el pasivo recibe. Sumisamente.
Recuerdo un caso concreto de un tío con el que quedé por
Grindr en un ataque de despecho (ay, el polvo por despecho merece un
post aparte). En aquél momento me sentía fatal y con el ánimo por los suelos.
Si mi despecho hubiese derivado en odio contra la raza humana, muerte y
destrucción, seguramente habría sido yo el activo y le habría partido el ojal
al primero que se me cruzase con todo el ímpetu del mundo. Pero como lo que
quería era revolcarme en mi propia miseria (yo soy muy dado a la autocompasión),
opté por la vía de que me tratase mal él a mí, sentirme sucio y disfrutar del
dolor. Y morder almohada.
3 comentarios:
Yo creo que no tiene absolutamente nada que ver con la sumisión, ser pasivo no significa ser inferior, es un gran estigma del mundo gay que viene del machismo, cuando yo soy pasivo es porque lo disfruto la penetración como el morbo alrededor de ella, no porque me quiera redimir de algo.
Genial post. Yo opino como tu Oriol.
Solo una cosa, podrías decirme de donde son las capturas que ilustran la entrada? Son geniales!
Un abrazo y gracias.
No tiene nada que ver la sumisión con el rol pasivo, de hecho hay pasivos que adoptan una actitud muy domintante mientras los activos se quedan quietos de forma muy sumisa. Esto pasa por ejemplo en las prácticas BDSM en las que mujeres con mucho carácter tratan como quieren a los hombres, los cuales se dejan hacer de todo. :)
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