lunes, 13 de febrero de 2012

El camarero, incluído en la carta

Noche de viernes tirado en el sofá (quien lo podría esperar de alguien que tiene un blog como este, ¿verdad?) zappeando entre los gritos e insultos de la chica de "Hermano Mayor" y los de "Sálvame Deluxe" (que uno tiene el lado cotilla bastante desarrollado, todo hay que decirlo) cuando de repente en el manhunt (que desde aquí recomiendo tener siempre abierto, por lo que pueda pasar) me salta una propuesta más que interesante:

"Buenas tio, estoy cerrando el pub donde trabajo, ¿te apetece venir, tomamos una copa y vemos qué surge?"

1. Si me dice "tio", tiene un punto extra ganado.
2. Copa gratis.
3. Follar en un pub.

¡I´m in!

Tras intercambiar las fotos de rigor y ponernos un segundín la cam me da la dirección, casualmente a dos calles de mi casa con lo que vencer la pereza no es problema. Me pongo el abrigo y allí me presento. Atravieso la verja a medio bajar y allí me lo encuentro, muy salao él con su acento gaditano.
Me quito el abrigo y lo coloco en el respaldo de la silla. En ese preciso instante noto como un fuerte brazo me rodea el pecho, estimulándome el pezón izquierdo, mientras que su otro brazo baja directo a tocarme el paquete sin miramientos. Inicialmente me sorprendo, pero rapidamente me dejo llevar por sus gemidos entre susurros en mi oreja.


Tras unos instantes marcados por los sobeteos mutuos y el constante roce de su paquete contra mi culo, ya me tiene a punto, ante lo que me da la vuelta sin miramientos a la par que me baja los pantalones y boxers, en un rápido movimiento, poniéndose de rodillas. Comienza a practicarme sexo oral, una mamada que comienza lenta pero que avanza en ritmo a medida que crece nuestra excitación.

Bien. Ya me había demostrado que tenía entre manos a un auténtico morboso, así que no dudo en levantarlo y directamente postrarlo sobre un de las mesas del local, boca a bajo, ofreciéndome su culo. Me ensalivo el dedo índice y comienzo a introducírselo mientras le muerdo la oreja y el cuello, haciendo que su deseo por ser penetrado crezca por momentos. Pronto le meto el segundo, y con sus gemidos entiendo que debo ir a más. Me coloco el condón dispuesto a entrar en faena cuando para mi sorpresa, se incorpora para proponerme algo todavía mejor: pasarnos a la barra del local. Obviamente acepto encantado.
Nos dirigimos a la barra despojándonos de la poca ropa que nos quedaba encima y en menos de lo que Falete se come un bollo estábamos practicando el perrito al lado del dispensador de cerveza.
Tras un buen rato de bombeo constante, me lo llevo a mi terreno y le doy la vuelta, colocándome sus piernas sobre los hombros, para así ganar en sensibilidad pero también en morbo al vernos cara a cara (si algo me pone es ver la cara de placer de la otra persona). Así continuamos hasta que los dos estamos a punto, él se corre a trallazos sobre su vientre mientras yo todavía le sigo penetrando. Me pide que descargue sobre su cara, por lo que se baja de la barra y se pone de rodillas. Yo, dispuesto a complacer sus deseos, lo hago encantado, y entre jadeos le dejo la cara chorreando placer.

Entre risas nos aseamos en el baño y nos vestimos, para dar paso a la prometida copa acompañada de la animada conversación que no mantuvimos al principio de nuestro encuentro. Con la invitación a otra copa cualquier otro día nos despedimos.

Y esto es lo que dio de si mi última noche de viernes. Al final la única vena que vi inyectada en sangre no fue la de la Patiño :p

1 comentario:

Unknown dijo...

Oish, esto es mas porno de lo que me imaginaba! pero bueno.. me ha gustado!
saludos