"¿Y cómo tiro sin LA aplicación (con mayúsculas)?" os preguntaréis. Pues me sirvo del Bakala y del Gayromeo con más o menos suerte (el Gaydar me lo abrí pero aún me pregunto por qué). Porque admitámoslo, estas webs te sirven pero tienen sus pros y sus contras.
Creo que todos hemos usado al menos una vez algunas de estas webs así que tampoco me extenderé mucho. ¿Los pros? Pues hay bastantes. Increíbles motores de búsqueda, listas establecidas por ti, ránking de los más sexys por zona (el otro día mismo me vi en la lista de mi zona... nice!), etcétera. Los contras en cambio son más notables. La publi, el spam, que si se cae la web... pero el mayor problema de todos son algunas personas.
Tenemos el tío que te dice que es DJ, el daddy que no te deja en paz, el que te habla como si te conociera de toda la vida cuando no es así, el tío al que le mola el rollo lluvia dorada y te da cosica, el que vive a 358 kilómetros y que salvo que tengas coche dudo que vayas a ver nunca, el que te dice de quedar pero nunca tiene tiempo... y así podríamos seguir el resto de la noche. Pero lo peor de todo es cuando te ubicas geográficamente. Al principio es bien porque conoces a gente aceptable sin tener que moverte mucho pero cuando vives en un barrio del extrarradio como yo, la gente se acaba pronto. Cuando miras los perfiles que hay cerca de ti, ves a los mismos de siempre y te da pereza seguir buscando. Está el que vive en el edificio de la panadería, el que está bajando la rampilla de la peluquería y el de enfrente del polideportivo. Y ya está, y eso es todo. ¿En serio hay tan pocos gays en mi barrio? Es sospechoso. Seguro que los más modernos y jóvenes tienen Grindr.
Conclusión: Necesito gente nueva a mi alrededor. O eso o mudarme para conocer a otra gente. Pero tranquilos. Mañana mismo me pillo un móvil nuevo con WhatsApp, con Grindr y con todo lo necesario para vivir en el 2012. ¡Hombre ya! Mientras me tendré que reír con el grindrsorpresa.
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