El viernes pasado era noche de explorar. Hay un montón de
sitios de ambiente, sexo o ligoteo interesantes en Madrid por conocer y los
chicos De Rodillas nos hemos propuesto conocerlos todos. Habíamos quedado desde
principios de semana en que iríamos todos juntos el viernes a Bangalá. Todos
salvo Leo, la puritana que nunca llegó a escribir en este blog que se niega a
ir a esos sitios porque sabe que si los pisará perderá el norte, el sur y la
poca dignidad que le queda. Con lo que no contábamos es que Xavi nos dejase por
un plan cultureta y que Zeus alegase un ficticio resfriado. Pero como Naxo y yo
somos chicos durex decidimos que iríamos de todas formas.
Bangalá, como todos los sitios de sexo, tiene un horario
raro en el que se cierra muy pronto. Yo vería más lógico que abriesen hasta
tarde para que pudieses ir después de echarte unos bailes en discotecas, pero
no. Así que quedamos bien prontito, recién cenados para ir hasta Lavapiés en
busca del local. Habíamos leído en internet que tocaba Noche Ménage à trois
donde las parejas pagaban menos, así que siendo dos nos venía fenomenal. La
sorpresa es que al llegar al sitio, el que atendía que era un negrazo
enormísimo nos dijo que no, que viernes y sábados son fiestas totalmente
desnudos. Y nos dio un poco de reparo, y al final no entramos.
Veréis, sí, somos dos chicos durex cada uno por nuestro
lado, pero no nos habíamos visto la pilila el uno al otro ni meando y nos daba
reparo ponernos desnudos el uno delante del otro y de más gente así por las
buenas. Nos fuimos de allí con el rabo entre las piernas y tiramos de
smartphone para ver qué otras opciones teníamos, y la que mejor pinta tenía era
la Sauna Lavapiés, así que allí que fuimos.
El sitio no está mal. No es muy grande pero está muy limpio
(cosa importante y que no siempre cumplen estos locales) y el personal es muy
agradable. Tiene una sauna seca, una húmeda de esas que se pasa mucho calor (mi
favorita), un jacuzzi, cabinas y un sitio raro arriba con una cama y un
mini-mini-cuarto oscuro. El problema es que no había demasiada gente, sobre
todo porque habíamos llegado demasiado pronto. Las otras veces que he ido de
sauna ha sido al salir de fiesta caliente como una perra, pero así sin gota de
alcohol y tan pronto no.
Entramos Naxo y yo al local, pagamos y bajamos a los
vestuarios para dejar nuestra ropa y colocarnos sólo la toalla. Había cierto
corte y la consciencia de que íbamos a transgredir una barrera que nos llevaba
a un punto de no retorno. Entramos a inspeccionar y tras la vuelta de
reconocimiento pertinente y ver que todavía no había mucho de interés estuvimos
un rato de charleta. Luego nos separamos y encontré al primer hombre de la
noche.
Entré a la sauna húmeda donde el calor es verdaderamente
sofocante. Entras primero a una sauna menos caliente para aclimatarte y después
pasas a la sauna en sí, donde nada más unos instantes de estar allí ya empiezas
a sudar por cada poro de tu cuerpo. Allí me senté en un banco creyendo que
estaba solo, pero al poco me di cuenta de que otro tío estaba cerca. Sutilmente
me abrí la toalla para dejar ver mi pene, aún flácido, a mi compañero de sauna.
Él hizo lo mismo y empezó a pajearse mirándome. Mi polla en apenas unos
segundos se levantó y quedó mirándome, sin yo haber hecho nada. El tío, un hombre
que rondaba los treinta, no estaba mal con respecto al nivel general que
habíamos visto, pero tampoco era una maravilla a la que yo le habría escrito
por internet para quedar a tomar café.
Pasa mucho en estos sitios que relativizas. Hay que ver el
personal que hay, y de ahí intentar llevarte los mejores premios, que no
siempre son grandes premios. Este estaba bastante aceptable, pero no sería mi
hombre de la noche. Se le veía bien cachondo, gemía mientras se tocaba, y yo le
miraba pero me hacía el pasota, sin tocarme. Se levantó, se arrodilló ante mí y
se la metió en la boca. Me la chupó un poco y volvió a su sitio. Repitió esa
operación tres veces, y yo me dejaba pero no le correspondía, no iba a quemar
cartuchos con él siendo tan pronto. Así que se hartó de mi desidia y se fue.
Volví a encontrarme a Naxo y estuvimos un rato dando vueltas
cuando nos percatamos que dos chicos jóvenes y atractivos habían llegado y
estaban en el jacuzzi. Al rato salieron de allí y nosotros entramos mientras
les veíamos ducharse. Cuerpo de gimnasio, delgados pero marcados, altos, guapos
y con buenas pollas. Desde luego lo mejor que habíamos visto esa noche y que
veríamos.
Nos metimos en el jacuzzi de frente a la puerta para
controlar quién venía. Por cierto que entramos al agua sin mirarnos las pollas,
que Naxo estaba un poco cortado. Al poco los dos jóvenes se metieron con
nosotros en el jacuzzi pero no hubo conversación entre todos, ellos hablaban
entre sí, y nosotros también. Fue gracioso porque un momento antes estábamos
Naxo y yo hablando de quienes habían sido justos ganadores de Gran Hermano y
cuáles no como si estuviésemos en el sofá de casa, y de repente estábamos ahí
con dos buenorros desnudos.
Uno de ellos era el típico con cara de bueno, pelo negro y
más blancucho, el otro un poco más cani, moreno de piel y con mechas. Ambos
tremendos. El buenecito quedó del lado de Naxo y el macarrilla del mío, y
suponíamos que eso significaba su elección de quién quería a cuál, sin embargo
el buenecito me respondía a las miradas mientras que para el otro yo era
invisible. Después de un buen rato de tensión, salieron de allí.
Ya pensábamos que no querían nada con nosotros pero seguimos
dando vueltas por allí, y en una de esas entré a la sauna de vapor y al poco
entraron ellos. Yo abrí mi toalla para que me vieran desnudo mientras el cuerpo
se me llenaba de sudor, y ellos, que se sentaron en frente mío empezaron a
pajearse. Primero cada uno con su polla y luego entre sí. Yo hice lo propio con
mi polla. Hasta que uno de ellos le dijo al otro, en voz alta, de irse arriba.
Pensé que se había acabado la juerga así que al quedarme solo me acabé la paja
y salí de allí. Cuando me encontré a Naxo me dijo que por qué no les había
seguido, que aquello había sido una invitación. Y yo quedé con la duda, pero no
estaba seguro y me daba cosa de que sobrase.
Los vi de nuevo en el jacuzzi y me volví a meter con ellos.
Esta vez me puse al lado del que sí me miraba y fui bastante más evidente en
mis miradas lascivas. Comencé a hacer piececitos, y al ver que eran
correspondidos puse mi mano sobre la rodilla del muchacho. Acto seguido el puso
su mano en mi pierna y la acarició, y luego tomó mi mano y la llevó a su polla.
En esta ocasión fui yo el que salí del jacuzzi invitándoles a venir con la
mirada. Nos duchamos mirándonos y me siguieron hasta un sitio apartado.
Allí se quitaron las toallas y yo me arrodillé para
disfrutar de sus buenas pollas para mí solo. Me metí una polla en la boca,
luego la otra, luego ambas. Nunca había estado en esa situación en la vida
real, aunque por mi mente había pasado muchas veces. De rodillas al cielo,
desde luego. Ellos se besaban y toqueteaban el cuerpo mientras daban envestidas
contra mi boca y yo gozaba con ser el centro de aquello. Al poco llegó otro
chico joven que no había visto en todo el día. Se puso en medio de los dos con
la polla fuera y le incluí en el juego. Donde se comen dos pollas, se comen
tres ¿no es así el dicho?
Lo que me molestó es que el nuevo se portó como un
gilipollas. Era bastante más feo que los otros dos y encima actuó de
robapollas, la cosa más reprobable que puedas encontrar en un sitio de sexo.
Después de comérsela un poco mientras pajeaba a dos manos a los otros, él
también se arrodilló y se puso a mamarla y nos quedamos dos para dos. Luego yo
hice un “¡cambio!” (evidentemente no de forma verbal) para que nos turnásemos.
Entonces pensé en cerrar el círculo, y ya que estábamos los dos arrodillados,
cogí su polla y le pajeé mientras comía la del otro. ¡Y me quitó la mano! ¡¿PERDONA?!
¿te dejo entrar e intentas excluirme? ¡acabáramos! Claro, había llegado a la
sauna y besó (la polla d’) el santo… no sabía lo que aquello costaba y se vio
en posición de elegir. Craso error.
Tras un rato mamando, nuevamente dijeron de moverse, y
nuevamente no supe si seguirles o no. No sabía si su juego era el de hacer un
trío entero (parecía que eran pareja) o si eso sólo era el calentamiento para
acabar a solas. Al bajar les encontré de nuevo en la sauna de vapor, nos
volvimos a pajear juntos y el más cani se corrió gloriosamente. Entonces se
fueron de nuevo y ya decidí que estaba harto de jugar al corre que te pillo sin
saber qué querían. Y yo ya había cumplido mi fantasía de trío y corrido una
vez. Next.
Ellos acabaron en una cabina solos y yo me metí en el
jacuzzi. Allí me encontré a un tío de treinta largos que no paraba de mirarme
lascivamente mientras yo me hacía el tonto. Ni estaba mal ni era gran cosa, un
aceptable que se hacía aceptable alto viendo el panorama del resto. Entonces,
simplemente por jugar, le puse mi pie en su polla. Y se encendió. Tomó mi pie y
lo restregó por su polla hasta tenerla dura y luego hizo lo mismo con su pie en
la mia. Entonces me cogió por la cintura y me llevó hasta él, sentándome sobre
su polla y moviéndome hacia arriba y abajo fácilmente gracias al agua.
La situación pasó a ser de “normal casi de coña” a muy
excitante, ya que él empezó a gemir en mi oído y decir guarradas. Tenía mi culo
contra su polla, su mano izquierda en mi cadera controlando mi cuerpo y la
derecha en mi polla pajeándome. Era tan excitante… estaba a explotar y no tenía
ganas de irme a una cabina a follar. Me mordió el cuello, lamió mi oreja y me
dijo lo cachondísimo que le tenía. Y me dejé ir, me corrí.
Sé que no está nada bien hacer eso en el jacuzzi, pero en
aquel momento no pude resistirme. Pido perdón. Luego el tío siguió con ganas de
acabar y yo pasé del tema. Otra cosa que no me gusta hacer ni suelo. Pero en
ese momento tuvo que ser así. Me había llevado a los dos más buenorros de la
sauna y me había corrido brutalmente en el jacuzzi. Estaba pasando del tío que
quería más y más. Y yo ya sólo tenía que relajarme entre burbujas. Esa noche
era el Rey de Lavapiés.
Sí, el trío fue una gran inyección de moral, no lo voy a
negar, y lo del jacuzzi un buen colofón. Salí de allí y me fui a mear, y con
eso di por cerrada la jornada. Esperé a que Naxo acabase su polvo y ya nos
volvimos para casa. Y ahora, al escribirlo estoy tan cachondo que me estoy
pensando en ir a otra ahora mismo…
4 comentarios:
te has puesto cachondo tú y todos los que lo leemos xDD estas cosas son impresionantes y no a todo el mundo les pasan, así que...disfrutadlo!
Jeje me alegro de que así haya sido Alex... no es tan difícil que pasen estas cosas, sólo hay que ir al sitio adecuado :P
Jajaja pues a ver si empiezo a encontrar a gente y sitios así por Dios!!
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